Cientos de
menores cumplen condena en las cárceles egipcias juzgados como adultos
ALICIA
ALAMILLOSEl Cairo - 21/02/2016
a las 08:30: 49h. - Act. a
las 17:12: 37h. ABC MADRID
Un tribunal
egipcio condenó esta semana a cadena perpetua a Ahmed Mansour Karni, de tan
sólo cuatro años, por los cargos de asesinato, intento de asesinato y
destrucción de propiedad pública en 2014, cuando el pequeño apenas tenía dos
años.
Sobre
Mansour Karni, juzgado in absentia el pasado jueves por una corte militar del
Cairo, pesa ahora una orden de arresto que, de cumplirse, le añadiría a los
cientos de menores que cumplen condena en las cárceles egipcias juzgados como
adultos durante la 'pesca de arrastre' del Gobierno egipcio en busca de
partidarios del depuesto expresidente Mohamed Morsi.
En la
exhaustiva y muchas veces aleatoria –según han denunciado organizaciones
proderechos humanos- búsqueda de culpables de las protestas que siguieron al
golpe de Estado en 2013 que aupó al exgeneral Abdelfatah Al Sisi, las redes de
la Justicia egipcia han condenado a muerte o cadena perpetua, en juicios multitudinarios,
a cientos de personas, entre ellos periodistas, niños o incluso ancianos
ciegos, como ha sido el caso del pequeño Karni. Su nombre fue añadido en 2014 a una lista de más de
110 acusados que han sido finalmente juzgados y condenados conjuntamente por
cuatro delitos de asesinato, ocho de intento de asesinato, amenazas a oficiales
de policía y vandalismo contra una sede de la Administración Sanitaria en la
provincia de Fayún (a unos 170 kilómetros del Cairo).
Un error
«Su nombre
debió ser añadido por error», señala a medios locales su abogado, quien apenas
puede creerse el veredicto. «El certificado de nacimiento -que demuestra que
Karni nació en septiembre de 2012- fue presentado cuando las fuerzas de
seguridad añadieron su nombre a la lista de los acusados, pero entonces el caso
fue transferido a una corte militar y los documentos no han llegado al juez».
Otros
abogados de los 116 convictos han criticado que la condena del pequeño Karni
«demuestra que el juez no se leyó el caso».
Este es tan
sólo el último caso de que «el sistema Judicial egipcio es ciego y no importan
las pruebas», denunció a ABC la activista Mona Seif, que criticó estos
macrojuicios que demuestran que el Estado «tiene miedo incluso de los niños».
Una
Justicia que no teme divulgar su adhesión al régimen y su implacable
persecución contra supuestos partidarios de la Hermandad Musulmana, ahora
declarada organización terrorista. A principios de mes, el ministro de Justicia
egipcio, Ahmed Al-Zind afirmó en televisión que no estaría «satisfecho» hasta
que 10.000 hermanos musulmanes fueran condenados por cada miembro asesinado de
las fuerzas armadas. Un deseo que esta vez ha alcanzado a un niño de cuatro
años.