Juan Yáñez
Es costumbre que Argentina,
como en otros países del orbe sobre la injerencia de la política en la
justicia. Más aún, cuando la política que se practica en el país es de dudosa condición.
No existe, a las claras la ideología propiamente dicha, sino una vaga mezcla de
acomodo, de inmoralidad y de procurar hacerse rico con los dineros públicos.
Todo ello no es nuevo y las excepciones no faltan; quizás venga desde los
principios como nación, aunque lo inmediato y sin generalizar, lleva muchos
años de mentira y canalla al mismo tiempo. Todo ello está ya comentado hasta el
hartazgo y no es nuestra intención continuar con similar discurso. Pero sí,
expresar nuestra protesta por la demora de la justicia en aclarar quién es el
responsable de la muerte de Nisman.
Toda
la investigación realizada o lógica elemental, apunta hacia a la señora que
pretende ser elegida para un nuevo mandato. Suponemos que hay que ser
verdaderamente sinvergüenza para mostrar la cara y hablar de tantas pistoladas que
hasta el “rey” de los cínicos quedaría como principiante. Resulta evidente que
Cristina Kirchner, algunos miembros de su gabinete y otros cómplices necesarios
que incluye a funcionarios de seguridad y espías internacionales al más puro
estilo “James Bond” están implicados en una siniestra organización mafiosa.
Estamos hablando sobre una venta ilegal de
uranio desde Argentina hacia a Irán que resultara frustrado También la CIA en sus investigaciones afirma
con sobrada precisión de esta ilícita acción entre los países nombrados. Ambas
investigaciones sustentan las pruebas para dar con los responsables del
asesinato, tanto ideológico como material, del fiscal Nisman.
El nombrado
fiscal era el responsable la investigación del violento atentado que sufriera
AMIA y por sus investigaciones alega que
Cristina Kirchner estaba dispuesta a firmar el Memorandum de Entendimiento
con Irán para que de esa manera lograra encubrir a los terroristas. Por esta
causa, la ex presidente en aprietos por la acusación de Nisman de quien trata de defenestrar su imagen
pública y desvalorar la acusación antes de ser asesinado por un sicario.
Eliminado Nisman no hubo continuación procesal y obviamente no se pudo
ratificar o desestimar su argumentación,
su muerte selló su silencio.
Hoy día para
aquellos que maquinaron este crimen se sienten seguros de su impunidad. Creen
que ellos escriben su propio destino, ignorando que es la vida quien lo
escribe. La ahora candidata a vicepresidente con su socio de formula quiere
volver a mandar, a pesar de su ineficiencia política, la evidente malversación
y vulgar robo a la nación.
CFK y toda su
mafia repiten que el fiscal se había suicidado
cuando se convenció del error de presentar una grave denuncia de encubrimiento
y traición a la patria. Solo repitieron el cuento chino del suicidio y acusaron
al fiscal de demente paranoico.
Poco o nada
se espera de la justicia argentina, quizás a la CIA les interese encontrar a los responsables del frustrado
tráfico ilegal de uranio entre Buenos Aires y Teherán.
Alguien
conocedor del caso afirmó: "Había mucha gente interesada en que el fiscal
no tuviera la posibilidad de hacer interrogatorios, allanamientos,
indagatorias, detenciones. Nisman iba a sentar en el banquillo de los acusados
a Cristina y toda la cúpula de los servicios de inteligencia argentino".
Todavía hay
mucha tela por cortar…