NACIÓN EL NACIONAL Caracas
13-Nov 08:19 amMovimiento 2D / Democracia y Libertad
La defensa del Chacal ha sido asumida únicamente por el Presidente de la República. Nadie más en el Gobierno se atreve a defenderlo con tal pasión
El venezolano, Ilich Ramírez Sánchez, álias El Chacal |
El venezolano Ilich Ramírez Sánchez está condenado en Francia a cadena perpetua, considerado uno de los terroristas de más violento y devastador prontuario del siglo XX. Comenzó por enrolarse en las filas de las juventudes comunistas de la antigua Unión Soviética. Pronto fue enviado de Moscú al Medio Oriente, una vez que la KGB juzgó aconsejable que integrara el grupo de sus agentes en el exterior. Allí, a la zona más inestable de la época, lo llevó su primera misión. Fue puesto al servicio del Frente Popular para la Liberación de Palestina.
Ilich Ramírez Sánchez se destacó muy pronto como uno de los más diabólicos terroristas, arrojado, audaz, temerario. No le temía a nada, y ninguna consideración lo detenía, como si matar fuera un destino. Con su pasaporte venezolano se movía por toda Europa: Londres, Roma, París, siempre en misiones conspirativas, amparado y financiado por gobiernos como el de Muamar Gadafi, de Libia, traficando con armas o persiguiendo a los enemigos de su “causa”, cualquiera que ésta fuera en el momento de actuar, porque se convirtió finalmente en mercenario. Su modo de vida lo llevó a recorrer esos caminos, pues, tal como lo describen sus biógrafos, presumía paralelamente de galán, o usaba sus aventuras como simples recursos para tapar o disimular sus verdaderas actividades.
En diciembre de 1975, Ramírez Sánchez comandó el secuestro de 11 ministros que asistían en Viena a una cumbre dela Organización de Países Exportadores de Petróleo, entre ellos el ministro de Venezuela. Un total de 60 personas fueron víctimas del secuestro. La noticia le dio la vuelta al mundo, y a la audacia de la operación le siguió el escándalo cuando se descubrieron los vínculos del jefe de la misma con la causa palestina y con el gobierno de un país miembro de la OPEP. A la organización se valoraba, con razón, como la primera institución del mundo en desarrollo que lograba reivindicar los derechos de los pueblos. A partir de este asalto a la OPEP se le comenzó a llamar El Chacal.
El secuestro de los ministros dela OPEP , además de lo que involucraba la acción terrorista, fue condenado como un gesto reaccionario. Poco antes, en enero, había atacado un avión de El Al, la línea de Israel, en el aeropuerto de París, y en junio, en la misma ciudad, asesinó a dos policías. En marzo de 1982, Ramírez Sánchez hizo volar con explosivos el tren La Capirole , también en Francia, y, según se esperaba, en ese vagón debía viajar Jacques Chirac, entonces alcalde de París. Al reconocer que al servicio de la causa palestina había matado de 1.500 a 2.000 personas, alegó que él no había sido responsable por más de 200.
A pesar de este prontuario aterrador y de que El Chacal es un crítico del doctor Fidel Castro, el presidente Hugo Chávez Frías lo considera “un héroe de las causas de la revolución”. Criticó a Francia por haberlo condenado a cadena perpetua y por estar ahora acusándolo de otros delitos que descartarían cualquier gestión diplomática. No obstante, el jefe del Estado ordenó que el Gobierno asista económicamente al terrorista. Éste, a su vez, denuncia que ayudas anteriores no han llegado a sus manos. En suma, las relaciones entre Venezuela y Francia atraviesan un momento de tensión debido a las críticas de Chávez a la justicia francesa.
La verdad es que la defensa del Chacal ha sido asumida únicamente por el Presidente dela República. Nadie más en el Gobierno se atreve a defenderlo con tal pasión. Además, tampoco lo hace el Gobierno en los organismos de Naciones Unidas sobre derechos humanos. Cuando los ministros y magistrados concurrieron al Examen Anual Internacional que propicia la ONU se abstuvieron de defender al Chacal, y de criticar a Francia.
El Presidente dela República defendió al Chacal en la rueda de prensa que ofreció conjuntamente con el ministro de Relaciones Exteriores del Brasil. Cuando lo oía, el canciller Patriota alzó los ojos al cielo como implorando la ayuda divina. No le quedó otro remedio que aguantar callado. ¡Todo sea por las dinámicas relaciones de los dos países! Un pequeño fiasco, apenas, que no hará mella en todo lo que promete Venezuela como mercado.
Ilich Ramírez Sánchez se destacó muy pronto como uno de los más diabólicos terroristas, arrojado, audaz, temerario. No le temía a nada, y ninguna consideración lo detenía, como si matar fuera un destino. Con su pasaporte venezolano se movía por toda Europa: Londres, Roma, París, siempre en misiones conspirativas, amparado y financiado por gobiernos como el de Muamar Gadafi, de Libia, traficando con armas o persiguiendo a los enemigos de su “causa”, cualquiera que ésta fuera en el momento de actuar, porque se convirtió finalmente en mercenario. Su modo de vida lo llevó a recorrer esos caminos, pues, tal como lo describen sus biógrafos, presumía paralelamente de galán, o usaba sus aventuras como simples recursos para tapar o disimular sus verdaderas actividades.
En diciembre de 1975, Ramírez Sánchez comandó el secuestro de 11 ministros que asistían en Viena a una cumbre de
El secuestro de los ministros de
A pesar de este prontuario aterrador y de que El Chacal es un crítico del doctor Fidel Castro, el presidente Hugo Chávez Frías lo considera “un héroe de las causas de la revolución”. Criticó a Francia por haberlo condenado a cadena perpetua y por estar ahora acusándolo de otros delitos que descartarían cualquier gestión diplomática. No obstante, el jefe del Estado ordenó que el Gobierno asista económicamente al terrorista. Éste, a su vez, denuncia que ayudas anteriores no han llegado a sus manos. En suma, las relaciones entre Venezuela y Francia atraviesan un momento de tensión debido a las críticas de Chávez a la justicia francesa.
La verdad es que la defensa del Chacal ha sido asumida únicamente por el Presidente de
El Presidente de
EL BLOG OPINA
Es inaudito que un presidente de un país que se dice demócrata defienda a un terrorista de esa magnitud, por el hecho de que sea venezolano. Dentro de esa infantil excusa se esconde una parcialidad política inconfesable. Ese criterio es inaceptable por la gran mayoría de los seres humanos. Como se puede proteger a un asesino que no ha respetado a nada y a nadie, capaz de matar a su propia madre si se cruza en su camino. Esa acción del mandatario nacional nos ofende, nos humilla y jamás podría ser aprobada por nadie que se considere respetuoso de Dios. ¿Cómo quedan ante ese agravio los familiares de las víctimas de este cobarde criminal que arrasó con la vida de hombres, mujeres y niños absolutamente inocentes. Dónde estará el límite de estas acciones, ¿nos preguntamos…?